sábado, 16 de abril de 2011

20. No creas que en la entrada no te piden el DNI porque te vean mayor, ellos tienen su estrategia

Cuando tienes menos de 18 años buscas los locales para ir por la noche en función de si piden el carnet de identidad o no a la entrada y, cuando los cumples, deseas volver a aquellos garitos en los que te cerraban el paso para darles en los morros con el DNI. Después, cuando pasas los 18 con creces te da pena que no te lo pidan porque será que se te ve cara de viejo. Así es la vida. Sin embargo, en Viena, el hecho de tener o no la edad reglamentaria no es un problema en la entrada.

Tras esperar media hora haciendo cola en la puerta y creyendo que la entrada es gratis, llegas a la taquilla y te llevas la primera sorpresa de la noche ya que cuesta nueve euros. Y como digo, no hacen ni el amago de pedirte el DNI u otro documento. Tú piensas que claro, que quién te lo va a pedir a estas alturas de tu vida cuando es evidente que pasas los 18 años y no precisamente por uno o dos meses. Pero mira, para tu sorpresa en cada una de las salas te encuentras a un par de hombretones de seguridad que paran a todos y cada uno de los presentes y les piden su documentación para ver si tienen la edad. Y yo me pregunto, y si no la tienes, ¿qué hacen? ¿Te echan a la calle? Ah, estos austriacos listos. Primero págame y piensa que te has colado siendo menor que ya luego, cuando quieras entrar a la sala, te mandaré a la calle y, por supuesto, a modo de multa me quedaré los nueve euros que has pagado. Así aprenderás.